Te has ido, Pinetop Perkins, inevitablemente es ley de vida. Eras un superviviente de casi 100 años de historia del blues y cuántas veces te habrán preguntado lo mismo en las incontables entrevistas que habrás respondido a lo largo de tu vida y cuántas pequeñas, o grandes, cosas habrán quedado sin preguntar. Naciste el 7 de julio de 1913 en un Mississippi cuyos paisajes y estilo de vida tan solo debe recordar aquél que aún te sobrevive, David Honeyboy Edwards. “Pinetop Perkins también vivía en mi pueblo que era Shaw. Había nacido en Belzoni pero su familia se había mudado a Shaw. Conozco a Pinetop Perkins desde que yo era un chaval. ¡Pinetop conoció a mi madre! Se crió precisamente a media milla de mi casa, él, su madre que la llamábamos Little Bit y su padrastro, Cornelius Shepherd. Pinetop aprendió de él a tocar el piano. Vivían en la Plantación de MacLemore. Tuvieron que irse al igual que nosotros cuando la inundación de 1927. Recuerdo que una mujer tenía un juke joint a las afueras de Shaw. Se llamaba Molly y cuando Pinetop no tenía más que 14 años ya iba allí, era un pianista de barrelhouse“. Sí, esto relata David Honeyboy Edwards en su libro “The world don’t owe me nothing”, el único superviviente del club de aspirantes a centenarios que nos fue dejando sin hacer ruido, Henry Townsend con 96 años y Robert Junior Lockwood con 91, en un aciago año 2006.
Te fuiste, Pinetop, con la misma edad que lo hicieron mis dos abuelos y algo de parecido encuentro en uno, cortando leña en la aldea el mismo día de su muerte y en el otro, disfrutando en la ciudad de algunos de los pequeños placeres de la vida hasta su último suspiro. Tú, Pinetop, ofreciéndonos tus blues hasta el final y siendo feliz haciéndolo, con esa sonrisa todavía pícara que tuvimos la suerte de contemplar aún el año pasado en Hondarribia, donde a algunos se nos asomaba una pequeña lágrima en unos ojos tal vez cargados de alcohol, pero seguro que también de blues, al escucharte “Hey Jack, I just got back, still looking for the place they call the Chicken Shack”.
Muchos te tendrán únicamente asociado al boogie woogie y a la blues band de Muddy Waters con quien trabajaste durante 11 años pero también deberías ser recordado por haber participado junto con Alec Rice Miller en el programa King Biscuit Time de la emisora KFFA de Helena, Arkansas, en 1944, donde conociste a Robert Nighthawk y con el que emprendiste una primera aventura al norte, a Chicago, un frío mes de enero de 1950 y grabar para Aristocrat la víspera de Reyes, “Six Three O”, “Jackson Town Girl” y “Prison Bound” (ver el comentario que he dejado). Estuviste en Memphis en 1953 e Ike Turner, quien había empezado a tocar el piano de escucharte en el King Biscuit Time, te consiguió una sesión para Sam Phillips. Así grabaste a tu nombre “Pinetop’s Boogie Woogie” acompañado de Earl Hooker con quien habías grabado un mes antes “The Hucklebuck” y “Move On Down The Line”. Digamos que habías pedido prestado ese título a Pinetop Smith. Pocos años después estuviste en Saint Louis y de tu estancia allí se sabe poco, lo que tú dijiste, que tenías una de las mejores bandas de blues de la ciudad, mejor incluso que la de Ike Turner. Y, desgraciadamente, no hay constancia documental en disco. No se pueden olvidar tus grabaciones con Earl Hooker, el heredero natural de Nighthawk. No hay más que escuchar “How Long Can This Go On” para Universal en 1962, el album de Arhoolie, “Two Bugs & A Roach” de 1968, donde tocabas el órgano en el “Wah Wah Blues”, y otros dos títulos del CD “The Moon Is Rising”. No deberían caer en el olvido las 5 canciones grabadas en febrero de 1990, con piano y batería únicamente, y editadas por Wolf en su Chicago Blues Sessions Vol. 12
A mí me pareció emocionante que el Grammy de 2008 al mejor álbum de blues tradicional se concediera a “Last of the great Mississippi Delta Bluesmen”, un disco grabado en directo en Dallas el 16 de octubre de 2004. Allí estábais las 4 leyendas vivas, Townsend, Lockwood, Edwards y tú, cada uno con su banda excepto Honeyboy.
No voy a decir más porque seguramente ya estará todo dicho, que es lo que suele ocurrir cuando una figura de tu talla nos dice adiós para siempre. Los innumerables músicos con los que trabajaste y entraste en los estudios podrían contarnos muchas anécdotas e historias sobre tí, los vivos como Bob Corritore, James Cotton, Ronnie Earl, Luther Guitar Junior Johnson, Bob Margolin, Willie Smith, Little Mike, Big Bill Morganfield, David Maxwell, Maria Muldaur, Sugar Blue, Hubert Sumlin, Johnny Winter, Zora Young y también aquellos otros que te precedieron como Carey Bell, Big Leon Brooks, George Wild Child Butler, Earl Hooker, Robert Nighthawk, Big Jack Johnson, Big Daddy Kinsey, Calvin Jones, Muddy Waters, Snooky Pryor, L. C. Good Rockin’ Robinson, Koko Taylor y Junior Wells.
El blues se volvió a vestir de luto este mes de marzo, cuando acababa de terminar el invierno y entrábamos en los albores de otra primavera que siempre trae el florecer de una nueva vida.
Muchos te tendrán únicamente asociado al boogie woogie y a la blues band de Muddy Waters con quien trabajaste durante 11 años pero también deberías ser recordado por haber participado junto con Alec Rice Miller en el programa King Biscuit Time de la emisora KFFA de Helena, Arkansas, en 1944, donde conociste a Robert Nighthawk y con el que emprendiste una primera aventura al norte, a Chicago, un frío mes de enero de 1950 y grabar para Aristocrat la víspera de Reyes, “Six Three O”, “Jackson Town Girl” y “Prison Bound” (ver el comentario que he dejado). Estuviste en Memphis en 1953 e Ike Turner, quien había empezado a tocar el piano de escucharte en el King Biscuit Time, te consiguió una sesión para Sam Phillips. Así grabaste a tu nombre “Pinetop’s Boogie Woogie” acompañado de Earl Hooker con quien habías grabado un mes antes “The Hucklebuck” y “Move On Down The Line”. Digamos que habías pedido prestado ese título a Pinetop Smith. Pocos años después estuviste en Saint Louis y de tu estancia allí se sabe poco, lo que tú dijiste, que tenías una de las mejores bandas de blues de la ciudad, mejor incluso que la de Ike Turner. Y, desgraciadamente, no hay constancia documental en disco. No se pueden olvidar tus grabaciones con Earl Hooker, el heredero natural de Nighthawk. No hay más que escuchar “How Long Can This Go On” para Universal en 1962, el album de Arhoolie, “Two Bugs & A Roach” de 1968, donde tocabas el órgano en el “Wah Wah Blues”, y otros dos títulos del CD “The Moon Is Rising”. No deberían caer en el olvido las 5 canciones grabadas en febrero de 1990, con piano y batería únicamente, y editadas por Wolf en su Chicago Blues Sessions Vol. 12
A mí me pareció emocionante que el Grammy de 2008 al mejor álbum de blues tradicional se concediera a “Last of the great Mississippi Delta Bluesmen”, un disco grabado en directo en Dallas el 16 de octubre de 2004. Allí estábais las 4 leyendas vivas, Townsend, Lockwood, Edwards y tú, cada uno con su banda excepto Honeyboy.
No voy a decir más porque seguramente ya estará todo dicho, que es lo que suele ocurrir cuando una figura de tu talla nos dice adiós para siempre. Los innumerables músicos con los que trabajaste y entraste en los estudios podrían contarnos muchas anécdotas e historias sobre tí, los vivos como Bob Corritore, James Cotton, Ronnie Earl, Luther Guitar Junior Johnson, Bob Margolin, Willie Smith, Little Mike, Big Bill Morganfield, David Maxwell, Maria Muldaur, Sugar Blue, Hubert Sumlin, Johnny Winter, Zora Young y también aquellos otros que te precedieron como Carey Bell, Big Leon Brooks, George Wild Child Butler, Earl Hooker, Robert Nighthawk, Big Jack Johnson, Big Daddy Kinsey, Calvin Jones, Muddy Waters, Snooky Pryor, L. C. Good Rockin’ Robinson, Koko Taylor y Junior Wells.
El blues se volvió a vestir de luto este mes de marzo, cuando acababa de terminar el invierno y entrábamos en los albores de otra primavera que siempre trae el florecer de una nueva vida.